miércoles, 6 de mayo de 2009

Se terminó... Diagnóstico y valoración









Bueno... Parece que la aventura terminó (aunque aparentemente me resisto a creerlo, todavía no he sacado los dólares de mi monedero y no tengo euros en efectivo), y, para qué nos vamos a engañar, estoy triste. Acabo de mirar las fotos un rato, y me da una pena no estar allí y no poder ver ya Grand Central, el skyline desde el 7, el Empire State desde mi calle... Y los amigos que he dejado allí, gente muy guay y que también echo de menos. En fin, parece que esto va a ser una elegía en lugar de un análisis funcional, así que, vamos a cambiar de tercio.
Los últimos días fueron intensos, saliendo mucho, durmiendo poco, revisitando sitios memorables y comiendo por última vez en tal o cual sitio. Ha sido un mes lluvioso, frío y con algunos días de sol y calor infernal (como aquí, y me refiero a Valencia, en agosto, léase durmiendo en cueros), la gente en Central Park en bikini. Uno de esos días calurosos hice una visita al Calvary Cemetary, Queens, uno de los cementerios más grandes y más antiguos de USA. Es verdaderamente enorme, no sorprende que durante muchos años en Queens hubiera más moradores finados que vivos (completamente cierto, se trasladaron los muertos desde los cementerios de Manhattan, que se estaba quedando pequeño, a Queens, a puñaos). El cementerio es aconfesional, hay católicos, judíos, protestantes, musulmanes, etc., y de todas las nacionalidades. Según la wikipedia, en el Calvary se rodó la escena del funeral de El Padrino. Todo transcurre en Nueva York, y si no, fijaros en pelis y series, parece que no haya otra ciudad (y cuando estás allí, parece cierto, quién querría vivir en otro sitio habiendo de todo allí?), incluso los cementerios son famosos (y están en medio de áreas habitadas, había una hilera de casas pegadas al cementario que podían usar las lápidas para poner cuerda y tender la ropa, en serio. Y luego se quejan de los poltergeist...).
También estuve en Coney Island, antiguo centro de diversión de NYC, del que hoy solamente queda un parque de atracciones, con una montaña rusa del año 27, una noria y una serie de chiringuitos que recuerdan más a California que a la costa este. La playa (que también la tiene) es gigantesca, y sentarse a ver pasar a gente es como Benidorm en verano: un freak-show. Pero muy chulo, me quedé con ganas de ir a la playita allí en verano. Lo malo es lo que se tarda: casi 2 horas en metro para llegar.
El fin de semana tomé mi último brunch, en el SoHo, en uno de los mil garitos espectaculares de NY, se "brunchea" y luego (en pleno día, a partir de las 4 de la tarde o así), la música se va poniendo más alta y la gente acaba bailando, en medio de las mesas. Ah, y la noche anterior estuvimos en otro speakeasy de estos que tienes que tocar el timbre en una casa para entrar al bar (cómo me gustan esos antros). Y, la última semana de trabajo, dejar hecho todo el papeleo y por fin, el jueves 30, llegó el día. Una amiga me acompañó al aeropuerto en Newark (sí, pasé mis últimas en New Jersey, pero no es necesario que se sepa), ayudándome con mis toneladas de equipaje y haciéndome compañía, de manera que no lloré casi, porque no me dio tiempo.
El viaje de vuelta se pareció al de ida, el avión hipermegaequipado y demás, pero la diferencia fueron LAS 9 HORAS DE ESCALA EN MUNICH!! Sí, y cómo al final tenía tanto equipaje de mano y no hay consignas en los aeropuertos, pos ni visita a la ciudad ni na, dando vueltas por el airport y vegetando como una homeless, hinchándome a té gratis de Lufthansa. Finalmente, a las 7 de la tarde, vuelo para Valencia, y... De vuelta en casa!!

Y aquí se termina esto, ya sé que no me he lucido mucho con este último post, pero la morriña se me come el ingenio bloguero, así que, el diagnóstico finalmente se queda en Trastorno de identidad disociativo (antes conocido como personalidad múltiple). Mi antigua identidad, de residente de Xátiva, afincada en Valencia, vuelve a emerger con fuerza, pero mi otra personalidad, de neoyorquina hipomaníaca, nunca desaparecerá por completo y se mantendrá latente hasta que vuelva a la City que nunca duerme!! Valoración final: Awesome (palabra que me encanta, describe la magnitud de la experiencia).
And that seems to be all, folks, hugs and kisses, thank you and bye bye!!

Unas últimas fotos: Central Park verdecito y un par de joyas más.

martes, 31 de marzo de 2009

Buenas... ¿Queda alguien por ahí?












Hola fieles (y no tan fieles) seguidores del blog neoyorquino-analítico-funcional! Aquí estoy finalmente, de nuevo, después de visitas varias que me han hecho parar en casa menos todavía de lo que ya era habitual. En fin, pero lo bueno se hace esperar, así que hoy voy a aprovechar que me he venido a casa pronto (en teoría para hacer laundry, pero a veces la práctica contradice a la teoría, sobre todo cuando el koreano dueño de las lavadoras te dice que cierra dentro de una hora y que ya no coge a nadie más para lavar) y dar un repaso a mis actividades de los últimos tiempos, que son unas cuantas.
Para empezar, como digo, he tenido visita de mis Rs mayores (no todas mis Rs mayores, ejem), y con ellas he revisitado muchos de los lugares en los que ya había estado, y otros en los que no. Así, por fin me fui a conocer Harlem, los Heights y el Bronx. Harlem es chulísimo, me encantó, y realmente, si uno va entre semana, un día normal, solamente hay afroamericanos y afrolatinos. Los findes ya suele estar lleno de turistas europeos blanquitos como nosotros. El Malcolm X Boulevard (nombre que adopta Lenox Avenue en Harlem) es muy bonito, hay montones de tiendas curiosas y restaurantes, como uno que comimos que era de comida jamaicana casera. También hacían una limonada casera que debía llevar todo el azúcar que se ha producido en el caribe este año, en la vida había probado yo unos limones tan dulces! Y luego la misa gospel, en domingo de resurrección, pa que no se diga. Flipante. Eso no era una misa, era un espectáculo, y es cierto que las iglesias baptistas estas son más centros comunitarios de reunión que algo meramente religioso, y el pastor era... Indescriptible. Un showman total, fue divertidísimo, aparte de que la música era muy chula también, pero a mi el pastor me encantó. Cada dos por tres decía: "let the church say ey men" y todos "EY MEN" (claro que no era "eh tío", sino amen, pero suena igual y creo que lo aprovechan). Luego, una de las reverendas leyó un pasaje de la biblia (lo sé porque nos dieron folletos con los textos y las canciones), que luego fue leído de nuevo, y comentado sobre todo, por el pastor. El fragmento duraba como 5 minutos, con el pastor duró 25. Después de cada frase, empezaba a extender el significado, y acababa yéndose por las ramas a lo bestia, todo a una velocidad de vértigo y todo improvisao (creo, porque no tenía papelitos ni na), supergracioso. Aquello duraba más de 3 horas, pero con hora y media consideramos que ya estábamos en paz con dios y nos piramos a otros lares (hacía un frío del copón, por cierto, estoy hablando de casi mitades de abril, y un día de esos llegó a nevar todavía, ya me han dicho que al parecer este ha sido el invierno más duro de los últimos 20 años. Si es que yo para elegir tengo un ojo...). Un lapsus: estoy aquí escribiendo y oyendo la musiquita del camión de los helados que me está dando bastante por saco con el pling pling plipling ese. En fin, continuemos: otro día estuve en The Cloisters, muuy uptown. Y qué es eso, diréis. Pues es una cosa que hizo el Sr. Rockefeller, un monasterio medieval de principios del siglo XX. Sí, no es una errata: es un monasterio construido a principios de siglo con piedras originales de monasterios medievales europeos. Y cobran 25$ por entrar. Cosa más americana, si no lo tenemos aquí, pos lo compramos y nos hacemos uno pa nosotros, hala. Decliné cortésmente tan generosa oferta, considerando que nosotros los tenemos a patadas, originales, y gratis. Pero el parque de alrededor es bonito.
El Bronx, al menos la parte en la que estuvimos, puertorriqueños only. Divertido, salsa a todo volumen por todas partes, y todo en spanish, todavía más que de costumbre. Pero es enorme, no tanto como Queens y Brooklyn, pero muy grande también. Me falta el estadio de los yankees, pero no sé si me dará tiempo. De todas formas, prefiero a los Mets, que para eso son de Queens. También he estado en Roosevelt Island, una islita en mitad del East River, el lugar al que antiguamente se enviaba a toda la gente indeseable (criminales, enfermos mentales, contagiosos, y pobre gente en general). Está justo debajo del puente de Queensboro y, aunque la isla tiene una parada de metro, la forma más chula de llegar es en teleférico. Estás al lado de Manhattan, ves el Chrysler y el Empire State, y Queens al otro lado, pero parece que te hayas ido a otra ciudad. A mí me ha encantado, es un poco tétrico, silencioso, con mucha zona verde, y sigue habiendo hospitales de crónicos, no sólo enfermos mentales, sino veteranos de guerra mutilados. Están las ruinas de un hospital del XVIII para enfermos de viruela (ya erradicada hoy), construido por el mismo arquitecto que St. Patricks. Naturalmente, no dejan entrar (maldición), se supone que lo están restaurando, pero tiene pinta de que van como 2 veces al año a hacer algo.
Qué más... Bueno, los bares y garitos merecen mención aparte. No sé si hablé ya del Beauty Bar, creo que sí, pero me repetiré por si acaso: en un bar que parece una peluquería de los 60, con sillones que tienen cacharros de esos para la permanente, y te hacen la manicura por 10$. Si te la haces, tienes una copa gratis. Al fondo hay pista de baile, con música pop de los 80 y 90. Curiosísimo el sitio, y como todos, se puede ir cualquier día, todos los días hay ambiente en esta ciudad. Luego el fat cat, que ya describí, pero creo que olvidé mencionar que había música en directo, porque no me fijé mucho, pero ahora me he enterado de que la peña que va a tocar allí, algunos son buenísimos, de estos que en España tienes que pagar una pasta para ver desde 50m en un teatro, y aquí los puedes tocar, como quien dice, y la gente está jugando al futbolín y psando de los músicos y del jazz. En fin. Yo no entiendo de jazz, así que no diferencio mucho, pero al parecer aquí tienes que ser un hacha para tocar en un bar cualquiera, porque hay muchísima competencia. Después tenemos el Marie's Crisis, en pleno West Village, un piano bar en el que solamente se tocan canciones de musicales, y la gente que va canta es la que canta, y se saben TODAS las canciones de TODOS los musicales habidos y por haber. Muy chulo por dentro, pequeñito y enrevesado, como la mayoría, y muy friki. Además, está el The Back Room, que lo encontraron las nenas (yo no lo conocía), que es un poco como la Isla de Muerta: sólo lo encuentran quienes ya han estado. La cosa es que hay un tipo en unas escaleras que bajan a un basement y te dice que ahí hay un bar. Tú bajas y te encuentras en un patio interior, un patio de luces con bolsas de basura y escaleras de incendios, y piensas que van a empezar a vender tus órganos en cualquier momento. Subes unas escaleras metálicas, y llegas al bar. Una pasada el sitio, ambientado en la época de la ley seca, te sirven las copas en tazas de café, y las cervezas en bolsitas de esas marrones de papel. Por eso todo el secretismo y lo escondido del sitio, claro (de hecho, todavía hay un sitio secreto dentro del bar: detrás de una estantería móvil, que sólo tienes acceso si eres vip). La decoración como un club de los años 20, todo tapizado en color púrpura, con enormes cuadros de desnudos en las paredes (tapizadas también) y sillones y chaiselongues totalmente rococó. Fascinante. Dueño anterior: Tim Robbins. Ahora no sé de quien es.
Bueno, pues dejo algunas fotos, e intentaré escribir una vez más, pero no prometo nada, que solo me quedan 6 días!!!!!!!!! Snif, qué penita...
Las fotos: The Cloisters, teleférico a Roosevelt y vistas desde el mismo, el puente de Queensboro desde la isla, el viejo hospital, el puente de Manhattan (que no lo he dicho, pero fuimos también y la foto es chula) y yo tomando una birra clandestina.
Besos, y hasta dentro de nada!

Washington DC!









Ya estoy de vuelta en casa (!), en mi querida New York. El viaje ha sido chulísimo, y el congreso genial. Llegué el viernes por la noche y me fui directamente a la dance-party. De lo más friki que he visto. En serio. Yo pensaba: madre mía, que me voy a poner, todas estas mentes brillantes ahí, que impresión, bla bla bla. Nada más lejos de la realidad. Como decía mi coleguita, aquello parecía un baile de graduación, pero con peña mayor de 50. Como el 90% de la gente que había eran mujeres, blancas, entre 45 y 55 años, y completamente enloquecidas. "Bailaban" en plan guiri borracho, con movimientos espasmódicos y descoordinados a la vez, un show, vamos. Nosotros ahí, con la boca abierta, que no nos lo podíamos creer, pero la verdad es que nos lo pasamos bien. Estuvimos como un par de horas en la party y luego nos fuimos a la zona de marcha de Washington (eso ya es una diferencia con NY, aquí no hay "zonas de marcha", todo es una zona de marcha), Adams Morgan. Mu bien también, pero plegamos pronto porque al día siguiente venía Minuchin. El hotel espectacular por cierto, salía como a 36 dólares la noche (unos 28 euros o por ahí), una habitación para los 4 y desayuno incluido! Vaya tela el desayuno, me puse morada de bagels, pancakes y demás. Y luego, terapia familiar estructural con Minuchin. Para los que lo visteis en Castellón, mucho mejor en Castellón, aquí estaba con más gente, que hablaban más que él, y en inglés no es igual, el acento argentino hace mucho. Pero de todas formas, las partes en las que intervino muy bien y... Nos hicimos una foto con él (os la pongo)!!! Supersimpático, fuimos a hablar con él, nos preguntó de dónde éramos, qué hacíamos en NY, y que vaya, que que caro venirse a vivir aquí unos meses, en fin, majísimo el hombre. Supongo que esta sí que será ya la última vez que lo vea...
Luego por la tarde supuestamente continuaba el taller de Minuchin, pero como hablaban más los otros tipos que él, yo aproveché y me fui a ver a Susan Johnson: terapia de pareja focalizada en las emociones. Chulísimo, me encantó, basado en la teoría del apego y superinteresante, la verdad. Puso un video de una sesión e iba analizando qué es lo que hacía en cada momento, conectando las emociones con la historia biográfica. Mu chulo. Por cierto, a todo esto, el congreso se celebraba en el hotel OMNI, como unas 15 estrellas (imagino) porque era, en dos palabras, ES PECTACULAR. Parecía el palacio de Sissí emperatriz. Gigantesco, con tiendas hiperpijas dentro del hotel, baños en los que hay como una habitación previa, enmoquetada, con sofás y sillones, para que esperes la cola cómodamente, porteros que te abren la puerta al entrar... Una pasada.
Pues en una parte del hotel tenían montado un chiringuito (bueno, muchos) de venta de libros, rebajados, porque los vendían directamente las editoriales. Hasta ahí vale, dices, qué bien. Pero luego, además de libros y revistas de psicología, había un stand donde te hacían masajes, ahí en medio, varios de pendientes y collares hippiosos, y uno de una señora que echaba las cartas y cobraba 40$ dólares por 15 minutos!!!!!! En serio, me quedé alucinada totalmente. En Spain luchando porque no se nos asocie con cosas paranormales y cartomancias y aquí... Pero yo tengo la teoría de que eso es una señal de 2 cosas: una que, aquí, si sueltas pasta, puedes hacer lo que quieras, y otra que la psicología aquí tiene un status mucho más fuerte y está completamente establecida, así que es como: si esta señora quiere venir, pues adelante, total, aquí todos sabemos lo que somos y lo que no. En fin, de todas maneras, raro raro raro.
La tarde del sábado, después de la Susan, me fui a hacer un poco de turismo, fui al Lincoln Memorial, Washington Memorial, Vietnam Memorial, World War II Memorial (una horterada sin parangón que hizo G.W. Bush) y la Casa Blanca. Al capitolio fui el domingo, después de la Linehan. Ya veis que en DC todo son Memorials, esos son los conocidos, pero luego vas por la calle y todo son edificios neoclásicos (y blancos) que son algún tipo de Memorial (o museo, que desgraciadamente no me dio tiempo a ver). Por la noche salir un ratito, pero estábamos todos muertos (no veas lo que cansa la erudición ajena), así que pronto al sobre y a ver a Linehan (Marsha para los amigos como nosotros, parecíamos groupies, nos hicimos foto con ella también).
Contó lo suyo, y habló de mindfulness también.
Y luego, Capitolio y a pillar el bus de vuelta a casita. El autobusero una pasada: un negro cincuentón, que se puso a cantar (bastante bien por cierto) y a contar chistes, levantándose en los semáforos y cogiendo el micro. Es que hay de todo aquí, en la viña del señor. Hoy mismo, en mi querido subway, he visto a un tipo, blanquito y flaquito, con pinta de tísico y sombrero de alas, sentado en una mesita con un mantel hasta el suelo color púrpura y con un cartel que rezaba: POEMS. El tipo sentado a la mesa y escribiendo en una máquina de escribir de las antiguas. No hay foto de esa estampa, me pareció violento (mentira, en realidad me daba miedo que me hiciera leer sus poesías).
Bueno, pues os pongo fotitos de DC, que creo que no necesitan más explicación, (también os pongo un video que parece hecho para que uno ya se vuelva antiamericano del todo, en el burrumento de Bush, claro está) y a ver si escribo otro post y me pongo al día (joer, que cansao es esto de los globs!). Kissitos!

Las fotos prometidas





viernes, 27 de marzo de 2009

Sí, sigo viva!

Pues sí, todavía sigo viva, no me ha pasado nada en las manos por lo que no haya podido escribir, mi ordenador no ha reventado, nada de eso. Lo que ha pasado es que Toni ha estado aquí las últimas 2 semanas, y claro, ni blog ni glob ni na. Hace sólo unas horas que nos hemos despedido en el aeropuerto (snif). Ahora, por cierto, estoy escribiendo esto desde el autobús que me está llevando a Washington DC (tiene wi-fi!), porque resulta que voy a un congreso (viene Minuchin, la Linehan y un montón de peña brillante de esta) que... (redobles por favor)... ME PAGA LA CLÍNICA!!! Sí, increíble pero cierto, resulta que el único congreso que me pagan de toda la residencia me lo pagan los de aquí! Espectacular. En fin, pues eso, que estoy en el bus, llevo ya casi 3 horas, y se supone que en una hora y pico estamos en la capi (veremos). Estoy pasando por Maryland ahora (creo).
Bueno, pues estos días han dado muuucho de sí, así que voy a empezar poco a poco, según me vaya acordando, y en varias tandas, para no empachar después del ayuno bloguero. Así que, voy a empezar por el análisis funcional de ayer, que es lo que tengo más fresco en la memoria. Por la mañana fuimos a New Jersey, a un centro comercial de estos de outlet que te regalan las cosas, según dicen, y bueno, regaladas no, pero casi casi. Levi's a 30$, vaqueros y ropa Calvin Klein más barato que Zara, Guess, Kenneth Cole, Aldo, Abercrombie & Fitch, en fin, de todo. Lo más curioso es que desde Manhattan sale un autobús de línea que va exclusivamente a ese sitio y al Ikea! Viva el consumo y el despilfarro (que el euro está subiendo, y aquí soy rica, jajajaja!!). Hay gante que se va allí a comprar y se llevan una maleta pa poder cargar todas las adquisiciones (hasta ahí no llegamos nosotros). Y por la noche, Broadway. Por fin he visto un musical, fuimos a ver Chicago, al teatro Ambassador, y qué chulo! Me encantó. El teatro es relativamente pequeño, y actúan sin decorados, sólo con la iluminación y un mínimo de atrezzo. Se parece a la película, pero con un toque más cómico en algunos momentos, y claro, el baile y el canto mucho mejor. Superchulo, creo que iré a ver alguno más. Para dar un digno final a una noche tan memorable, lo mejor que se nos ocurrió fue cenar McDonald's (en nuetra defensa diré que estábamos muertos de hambre, llovía, y el McDonald's está en pleno Times Square, con grandes ventanales), y hala, para casa a hacer la maleta.
Y el martes por fin hicimos también la visita obligada al Empire State. Madrugamos para no pillar las legendarias colas (y no las pillamos, menos mal, en unos 15 minutos estábamos ya arriba), y bueno, las imágenes lo dicen todo. Todo menos el frío claro. Copón. Qué frío. Una cosa mala mala. Pero las vistas compensan, y si no, juzgad por vosotros mismos.

En fin, de momento lo voy a dejar aquí, que me queda poca batería, pero todavía os pongo algunas fotitos y prometo continuar pronto (y contar lo de Washington, claro!). Kissitos.

P.D: sorry, he intentado subir las fotos, pero no me deja, supongo que es demasiado edir al wi-fi de un autobús. Intentaré subirlas desde el hotel.

martes, 10 de marzo de 2009

HOOOOOLAAAAAA





Sorry por la tardanza, muchas cosas que hacer, en fin, que os voy a contar que no sepáis!
Bueno, me parece que lo último fue el día en que se paralizó la ciudad (luego me enteré que fue un solo paciente al centro ese día, porque vive en el edificio de al lado) con la "puta mierda blanca" como dice el cubano en Pennsylvania de Gomaespuma. En fin, ya el martes las cosas se normalizaron y fui a currar, la verdad es que sobre todo en Manhattan limpian las calles enseguida (de nieve, porque no sé si os he contado que el increíble y modernísimo invento del contenedor de basura no ha llegado hasta estas latitudes, y la gente deja montañas de bolsas de basuras en la calle, en las aceras, lo cual no solamente tiene los inconvenientes obvios, sino que alimenta a la gran población de ratas y además hace que el camión de la basura tenga que parar 200 veces en una calle; en fin, misterios sin resolver).
Del jueves (mi día libre) os tengo que contar mi "excursión friki", que dice mi coleguita. Os hable de lo de las estaciones de metro abandonadas y demás, verdad? Bueno, pues me confeccioné una ruta y el jueves me dediqué a estar bajo tierra todo el día. Impresionante, está todo ahí para quien sabe donde mirar! Efectivamente pude ver la antigua estación de City Hall, abandonada desde hace 64 años, simplemente no bajándome del tren en la última parada, ya que utiliza esa estación para dar una vuelta y volver a aparecer en el andén en la otra dirección. Espectacular. Os cuelgo un video, que no se ve demasiado bien (hecho desde dentro del metro, por la ventana) pero si podéis poner la reproducción a cámara lenta se ve mejor. Otra de las joyas es otra estación abandonada, desde hace más de 50 años también, en la que un artista colocó una obra en los años 70. Se trata de un "zoetrope" (no logro encontrar cómo se dice en castellano), son una serie de dibujos que, al pasar rápido con el tren, dan la sensación de estar en movimiento, ya sabéis, el mismo muñeco dibujado en diferente postura, si lo pasas rápido parece que se mueve (explicación un poco rocambolesca y de andar por casa, pero es lo que hay). Pues este cacharro, en los últimos 30 años, lo habían puesto de graffitti hasta las pestañas, pero hace poco lo limpiaron y lo restauraron y se puede ver de nuevo desde el tren. Os cuelgo el video también, la misma recomendación, si lo podéis poner más despacio, se verá mejor. Otra historia fascinante (al menos para mí, ya os digo que mi compi me llama friki, pero insisto que como el blog es mío, pues pongo lo que quiero ;) ) es la de la vía 61. Es una vía que sale de Grand Central y termina bajo el Waldorf-Astoria, pensada para huéspedes que llegaran en tren directamente (que es como viajaban los dignatarios y la gente de pasta antes de que hubiera tráfico comercial aéreo) al hotel, para entrar discretamente y no tener que mezclarse con la plebe. Es decir, que ha sido una vía secreta y desconocida desde su construcción. Pues resulta que uno de los que más la utilizó fue Franklin D. Roosevelt, durante la época en que no se sabía que usaba silla de ruedas y no podía caminar, por tanto le venía fenomenal poder entrar y salir sin ser visto. De todas maneras, la vía dejó de utilizarse poco a poco, y la última noticia relacionada con ella es una fiesta celebrada allí por Andy Warhol en el 65. Por supuesto no se puede visitar (aunque algunos exploradores intrépidos lo consiguieron antes del 11 S, ahora ya olvídate), pero sí quedan las puertas de emergencia, en una fachada lateral del Astoria, doradas y brillantes, acordes con el estilo del hotel. Hay muchas más, y otras pijadas que vi, pero esto es de lo más llamativo, y me lo pasé pipa, tol día en el metro haciendo fotos a cosas que la gente debía decir: esta pobre muchacha, no sabe que fuera está el Empire State y cosas bonitas para hacer fotos, y no el metro este viejo y putrefactao. En fin, turismo alternativo y más bien extraño, pero fascinante.
El viernes estuve en New Jersey, que es donde vive mi compi. Lo mejor que tiene es la vista de Manhattan y la estatua de la libertad, como cualquier neoyorquino os podrá confirmar. Pero también estuve en su casa, que comparte con 2 compañeras, pareja entre ellas, de unos 50 y pico, majísimas por cierto. Nos llevaron a dar una vuelta, a ver el panorama de Manhattan, y a tomar algo luego. Luego ya no salimos de fiesta ni nada, en plan tranqui y me fui pa casa (2 horas tardé, un día os hablaré más de la línea 7, la mía, que no todo en el metro son historias misteriosas y románticas). El sábado hizo un calor impresionante (16º), la gente enloquecida, con pantalones cortos y sandalias (palabra), y fuimos a Brooklyn, via puente de Brooklyn a pie. Chulísimo, la verdad, y petao de gente (calor veraniego mediante). Luego fuimos al museo de Brooklyn, que el primer sábado del mes es gratis, y hacen actuaciones y performancias, aparte de las exposiciones. Está muy bien, tiene una colección extensa de arte egipcio por ejemplo, y luego una cosa que me sorprende mucho (y me hace bastante gracia) de los museos de aquí: tienen salas con nombres tipo "Pintura Europea". Hala, y ahí te cascan, to junto, un Picasso, al lado de un Goya con un italiano renacentista, junto con unos retablos medievales con pan de oro y salpicado de algún impresionista francés. Curioso, mentir no mienten, pintura europea es al fin y al cabo, pero bueno... En fin, allí pasamos la tarde y luego ya volvimos para Manhattan, buscando un sitio para tomar algo tranquilamente, porque los museos cansan, pero no hubo suerte. En mi super-guía elegimos un sitio de los 50.000 que anunciaba, que resultó el único de todo Nueva York que estaba cerrado por obras (aquí no son dados a las reformas, al revés que en España, que con la excusa de la comunión del niño se tira la casa abajo y se hace otra, si no, id a Xátiva y veréis). Pero esto lo averiguamos después de 30 minutos dando vueltas por la misma manzana, porque es que no veíamos ningún sitio llamado "Avalon", ni abierto, ni cerrao, ni na. Ninguno de los dos somos grandes boy scouts, es decir, que de la habitación al baño nos perdemos, por eso seguimos buscando con ahínco, pensando que es que no lo veíamos o que estábamos en el sitio equivocado, pero no. Lo único que había era una iglesia pseudo-gótica, un supermercado y portales. Cuando por fin pudimos conseguir conexión a internet (con el i-pod touch de mi compi, que lo quiere como a un hijo), averiguamos lo de las reformas, pero seguíamos sin saber dónde coño estaba el sitio. Resultó ser la iglesia. En serio. Lo juro. No es coña. La iglesia era una iglesia, pero ahora es un club nocturno, y espero que terminen las obras antes de que me vaya, porque ahí tengo que ir! A ver si ya está abierto cuando vengan las niñas, y nos tomamos unos cubatas con agua bendita (o lo que sea que vendan allí).
En fin, de momento esto es lo ineresante de los últimos días, mañana a currar y el viernes ya viene mi media naranja! (Por cierto, que recontraremalas son las naranjas de aquí)
Besitos a tod@s!

lunes, 2 de marzo de 2009

NIEVE













Pues sí, resulta que puedo escribir antes de lo que esperaba porque (ta chan ta chaaaan) hoy no he ido a trabajar a causa de la nieve. Cuando me levanté por la mañana estaba todo blanco, y nevando sin parar, y se anunciaba una tormenta de nieve para esta tarde (que de momento no ha sido tan grave). Así que, para ir no habría habido problema, lo jodido era volver si realmente caían las 10 pulgadas anunciadas, porque entonces los trenes que salen de Manhattan, como el mío y que no van por bajo tierra cierran el chiringuito y a ver cómo habría vuelto yo a mi casita! De hecho, hablé con mi supervisora, que vive en el Bronx y es de aquí de toda la vida, y no pensaba ir porque no se fiaba, así que yo menos. Entonces, trasteando por la página de la MTA (algo así como nuestra EMT) he encontrado cosas fascinantes sobre el metro de NY (que por cierto tiene más de 100 años, y por el aspecto no es de extrañar), como antiguas estaciones abandonadas, vías fantasma en desuso, etc., cosas que, como bien sabe mi R mayor, me fascinan. Ya os contaré si logro avistar alguno de estos lugares misteriosos (al parecer una de las estaciones abandonadas fue la joya de la corona antiguamente, con una decoración y un aspecto distinto a todas las demás, y por las fotos que he visto es realmente preciosa, pese a que lleva como 50 años abandonada...), lo cual es difícil pero hay truquillos (legales, por supuesto) para conseguir un vistazo rápido.
Pero bueno, lo prometido es deuda, así que os voy a contar mi primera experiencia con el Laundromat. Para los que no veis películas, resulta que en Nueva York (y creo que en otras ciudades también) la gente no tiene lavadoras en casa, sino que coge su ropa y su detergente y se va a lavanderías, donde metes dineros en las lavadoras y secadoras que te apañan la ropa, mientras tú te quedas sentado leyendo o autohipnotizándote con las vueltas de la máquina. Incomprensible, lo sé, pero así es, por lo que me tocó meter mi ropa en bolsas, ya separada por blanca y de color, coger el detergente que me había comprado y el suavizante y encaminarme hacia uno de estos (para mí) misteriosos lugares. Menos mal que mis roomates son encantadores y me hicieron una explicación (con croquis incluido) de cómo funcionaba el proceso. Así que, para allá me fui, con un carrito que me prestaron y sintiéndome de lo más ridículo, saliendo a la calle con ropa y detergente. Cuando llegas allí, lo primero que tienes que hacer es cambiar dinero, porque las máquinas sólo acpetan monedas de 25 centavos (quarters). Metes la ropa (eligiendo el tamaño de lavadora que quieres usar, porque hay unas que cabría toda la ropa de un día de comuniones en la Granja), pones detergente y suavizante y, para ponerla en marcha, pones las monedas en unas ranuras, empujas la palanca (sabéis las mesas de billar, que ponías las monedas de 20 duros y empujabas la planaca hacia adentro? Pues igual.) y hala, a lavar. Afortunadamente no se cumplieron mis fantasías (sacadas de películas también) de litros de espuma desbordándose y extendiéndose por todo el local, y el lavado terminó sin incidentes. Luego la secadora. De nuevo metes quarters, uno para empezar. Cuando termina, si todavía está mojada, pones otro, y así sucesivamente. Ahí ya no me fue tan bien la cosa: me habían psicotizado con lo de la temperatura, que si la ponía al máximo la ropa le acabaría valiendo al perro (una mezcla de chihuahua), con lo cual, evidentemente, me quedé corta, y acabé metiendo como 1,50 dólares en monedas de 25, o sea unas 6 tandas. Pero en fin, no hubo que lamentar bajas, y, voilà, tenía ropa limpia (por fin, realmente me estaba quedando ya sin, aunque me llevé casi todo lo que tengo). Así que el Laundromat, dominado.
Y ya me queda por contar el sábado. Fuimos a Chinatown, como me había propuesto. Impresionante. La carne de extraños animales colgada en los escaparates de las tiendas, los puestos de verdura en los que lo único que sabes lo que es son los cestos, la gente hablando a toda pastilla en un idioma incomprensible... Fascinante. Nos abordaron 3 de estos que te quieren vender bolsos y relojes, y te llevan a sótanos siniestros, pero automáticamente decíamos que no, que thank you, pero que no. Luego lo pensamos mejor, pensamos que era una experiencia imprescindible y decidimos decir que sí al siguiente que nos abordara. Evidentemente nadie más nos preguntó. Hacía bastante frío y viento, y estábamos muertos de hambre, así que nos encaminamos para Lomardi's, archifamosa pizzeria de Little Italy, tan famosa que había cola rodenado media manzana. A tomar por culo Lombardi's pues, y elegimos en mi fantástica guía otra pizzería, del Village, que estaba relativamente cerca y la ponían como buena, bonita y barata. Alguna pega tenía que tener, claro: no abría hasta las 4 de la tarde, y eran las 3 menos 10, con un frío que pelaba. Pero como ya nos habíamos encaprichado, nos metimos en un Starbuck's pa hacer tiempo y finalmente pudimos comer Arturo's Coal Oven Pizza. Buenísima, compartimos una pequeña, del tamaño de una rueda de molino aproximadamente (no llegué a ver ninguna grande, supongo que tendrán que desalojar el local cuando alguien la pide). Pena no haber hecho foto de la pizza, pero el hambre apretaba demasiado y ni lo pensamos, hasta que quedaba sólo un trozo. El sitio realmente chulo, con el consabido baño unisex con bañera incluida, música de piano en directo, ambiente de restaurante antiguo y famoso lleno de fotos autografiadas en las paredes, etc. Véanse fotos 4 y 5.
Ya después de comer decidimos dejar lo de los bolsos para otro día (queda pendiente por tanto el tour a la mercancía ilegal de Chinatown) y irnos a casa a descansar un rato, porque habíamos quedado para salir por la noche (a las 8 y media!), con los puertorriquños y dominicanos de la otra vez. Quedamos en un "restaurante" en Times Square llamado Dallas BBQ, una especie de Foster's Hollywood pero a lo bruto. Dado que estaba todavía super-inflada de la pizza, no comí nada, pero algunos de los demás sí. Qué comida, madre del amor hermoso. Con deciros que las ensaladas eran de Steak y pollo frito, ya os lo digo todo. Pero en realidad, el atractivo del sitio son los "frozen Margaritas", o sea, pillar un pedo por poco dinero. De hecho, creo que es la única bebida que venden. Mu bueno, margarita con sabor a mango bebí. Había 2 tamaños: "regular", y "Texas size". Empezamos por uno regular, por si acaso, y cuando llevaba la mitad del Texas de después, ya iba cocida. Bien, porque así ya no hace falta beber en la discoteca, que te cobran un riñón y parte del otro. Cuando ya estábamos todos borrachos (a las 11 de la noche), nos fuimos a bailar, a un sitio que me encantó, con música latina, algo de rock, algo de electrónica también, en fin, superchulo. A las 4 y media plegamos, porque a uno le tocaba currar el domingo (no sé con qué cara iría, yo sobé hasta la una, dado que mi querido tren 7 siempre retrasa la llegada a casa un buen rato más de lo estrictamente necesrio). Y ya el domingo día de resaca-recuperación (aunque, believe it or not, como no se puede fumar dentro de los sitios, la resaca es muy light porque no tienes la doble resaca del humo).
Hala, ya está bien por hoy, me voy a la camita para poderme enfrentar a las inclemencias del tiempo mañana (ya no hay tormenta de nieve anunciada, pero sí unos 11º bajo cero). Besos!